17/2/07

El trueno en la tormenta - Luis María Candioti


“No te vayas”, fueron las últimas palabras audibles antes de que el trueno desatara la furia de la tormenta.

Éste podría ser el final, pero vamos a pasear un poco por el tiempo, dado que todo final es importante pero por si solo no vale la pena; siempre es mejor sufrir un poco de historia.

Abramos una brecha en esa pared que está a tu espalda. ¿Ves la luz?, Sí, la que no te permite mantener los ojos abiertos. Levántate y da un paso hacia ella... No te asustes, no es esa luz de todos los finales relatados. Estira tu brazo hacia la brecha... ¿ves?, no duele, solo te da un pequeño cosquilleo... ¿no te hace recordar a la corriente eléctrica?, la decisión la tenés que tomar rápido si das rodeos... SALTA...

Ya estamos dentro... ¿que todo es igual? : fíjate bien, mira a ese ángulo oscuro, sí, ahí, donde las sombras empiezan a moverse, ¿te ves?... sí sos vos... ¿que por qué estas en esa posición?, porque estas esperando, estas esperando tu luz, estas esperando que se habrá tu brecha hacia el otro lado, ¿que qué hay del otro lado de la brecha?... tu vida.

Ahora todo se oscurece... no, no te moriste, todavía no... si te fijas bien, a tus espaldas ves a un joven caminando al costado de una ruta desierta... no te impacientes ya va a tener sentido, si es que lo tiene que tener... yo prefiero dejarlo todo en duda, ¿acaso la vida no es una gran duda?... ya lo sé, pero no, no me olvidé del joven; escucha: ese ronquido no es un animal salvaje, el auto para delante del joven quien corre hacia él. No, no esta haciendo dedo, estamos un poco lejos como para ver bien que es lo que pasa... acerquémonos un poco, no muestres timidez, vamos más cerca, no te preocupes no nos van a ver... ya sé que el auto se está yendo... cerrá tus ojos, todo esta oscuro y el sonido de la radio mal sintonizada se hace más fuerte, ya lo escuchas todo a tu alrededor, te envuelve, te abraza... Abrí los ojos: ves a las dos personas en los asientos de adelante... mira a tu derecha: ¿ves el mar como rompe contra las rocas?, si querés baja la ventanilla para que te salpique... probalo, es refrescante. Ninguno de ellos habla: solo conducen... no es que te parece a vos, la ruta en si no tiene final, tampoco tiene muchos desvíos ni curvas y el viaje va a ser todo igual: “aburrido”... salvo cuando pinchen una rueda o paren para cargar nafta todo va a ser monótono, si querés vemos alguno de esos momentos...

Mejor no... creo que ya entendiste que te estoy contando, ¿todavía no?, no te preocupes, estas a tiempo de dejar de leer... aunque te perderías la oportunidad de... no importa: la decisión es tuya... como siempre, ¿o no?.

Si todavía estas ahí mira sobre tu hombro: ¿ves esa ventana que antes no estaba ahí?... no, esta vez no te levantes, no vayas hacia ella, esta vez imagina, imagina que se abre y la luz del sol entra por ella, imagina el olor a mil flores de distintas clases que inunda la habitación, que te rodea y te asfixia, resístelo, dístraete, escucha a los chicos gritar de alegría, escucha los pájaros que trinan, percibí el ruido a pasos cansinos de viejos, préstale atención a las risas jóvenes, a los murmullos románticos de las parejas. ¿Todavía no lo entendés?. Es simple, no puedo creer que... ¿qué haces?, no te levantes, no vayas hacia la ventana, te dije que no te levantaras, no te asomes... ¿que por qué todo esta oscuro?: porque llega un momento en el cual todo se oscurece, porque llega un momento en el que la luz no puede entrar en ciertos terrenos... porque al final no vas a ver nada... pero tranquilízate, ahórrate esas lágrimas, no dejes que se fuguen por el terciopelo de tu mejilla; escucha... escucha el ruido del trueno, todo vuelve a comenzar, mira en ese ángulo oscuro, ves las sombras moverse...

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